lunes, 23 de enero de 2012

EPD del 11 de Enero

Aulas hospitalarias.


“Los Programas de Aulas Hospitalarias son una medida de promoción educativa, que tienen como fin dar respuesta a las necesidades específicas que presenta el alumnado, estando en este caso relacionadas esas necesidades específicas con alguna enfermedad por la que deben permanecer hospitalizados esos niños”.

En las Aulas Hospitalarias, han de tenerse en cuenta la edad de los alumnos, la patología, los padres y el tiempo de hospitalización, ya que todo ello va a condicionar esa intervención pues habrá que atender a las características específicas de cada niño, es decir llevar a cabo una metodología personalizada (acorde a cada menor hospitalizado), participativa y motivadora. 
En lo que respecta a quién interviene en las mismas, son profesores ajenos al hospital y el personal sanitario. En cuanto a los educadores sociales, no existe la figura de los mismos como tal en el ámbito de la educación, sólo intervendrían en determinados casos de negligencia. 
Entre las características generales de estas aulas, tendríamos que mencionar las siguientes:

-Se atienden a niños/as con edades comprendidas entre los 3-16 años.

-Están dirigidas a niños que sufren diversos tipos de patologías. 

-Deben ser un espacio abierto y flexible de asistencia libre y voluntaria. 

-La enseñanza se puede dar en el aula o desde la propia habitación.

Es preciso destacar que las Aulas Hospitalarias se dan por la mañana y el Ciber-Aula (voluntariado), por la tarde. En este último, los niños que llevan mucho tiempo hospitalizados se aburren, ya que siempre hay los mismos recursos y el espacio de estas aulas son muy limitados.

Estas aulas se encuentran bajo la iniciativa social de La Caixa. La Caixa ofrece el servicio de “CiberCaixa Hospitalarias”, un programa dirigido a menores hospitalizados en el Virgen del Rocío y a sus familiares, y que presenta los siguientes objetivos: intentar reducir el impacto de la hospitalización infantil en el menor y en sus familiares; ofrecer a los pequeños un espacio de aprendizaje, comunicación y entretenimiento; fomentar la relación y el encuentro entre los niños y niñas con su familiares en un entorno de ocio.

Sin embargo, según nos contó nuestra compañera existe una fuerte dependencia por parte de esos niños a las tecnologías que incluso llegan a demorar en muchas ocasiones las actividades cotidianas de la clase, ello puede ser también debido a que como la educación se adapta a sus peculiaridades y características y las exigencias que se ha de tener sobre estos niños no son las mismas por el objetivo de estas aulas que es que los menores olviden, aunque sea por unos minutos, la tensión emocional que supone vivir en un hospital, ello también va a condicionar esa intervención. A pesar de esto, las TICs también brindan óptimas oportunidades como por ejemplo la videoconferencia con profesores y alumnos de su centro escolar, lo que supone una adaptación del entorno; el Proyecto de la Junta de Andalucía de actividades por Internet que ayudan al niño a aprender técnicas de respiración y relajación, entre otras. Complementándose éstas, además, con talleres artísticos como el de la iniciativa llevada a cabo en Madrid, donde los niños utilizan los elementos propios del hospital (guantes, corcho blanco etc.…) para poner en práctica su creatividad y desmontar con ello la visión rígida que muestran los hospitales.

Por último, y ya como conclusión, en mi opinión realmente deberíamos de cuestionarnos la necesariedad del educador social en este ámbito, ya que realmente la función que cumplen las aulas hospitalarias es la misma que puede cumplir un colegio, sólo que en este caso se tiene una atención más individualizada a los alumnos, y cuando es necesaria la presencia del educador social se cuenta con el mismo, ya que verdaderamente debemos ser sinceros y conscientes de que nuestra función en los hospitales es muy puntual porque incluso lo que es la animación recae sobre voluntarios. Por todo ello, a mi parecer, no existe ningún tipo de intrusismo profesional sino que al igual que por ejemplo en el caso de los niños de padres con vidas itinerantes se atienden sus necesidades educativas a través de un docente, éste caso no difiere mucho, porque en esencia la necesidad que tienen esos niños es aprender y que el contexto en el que lo hagan sea más o menos peculiar no implica directamente que vaya existir un problema sobre el que haya que intervenir.

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