viernes, 2 de diciembre de 2011

Los indicadores de pobreza y la labor de UNICEF

Retomando las clases anteriores, tras ver qué era la desadaptación, las variables que la causan, qué entendemos por marginación y exclusión y cuáles son las distintas formas en que pueden darse la exclusión, vimos algunos de los índices y tasas de evolución de la pobreza, que nos ofrecen una panorámica actualizada tanto de los países desarrollados como de los países en vía de desarrollo.



El Índice de Desarrollo Humano.

Este índice es empleado por la ONU y es publicado periódicamente en su “Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo” (PNUD). Se trata de un indicador compuesto que mide los avances promedio de un país según tres dimensiones básicas:

-La salud, según la esperanza de vida al nacer.

-La educación, la cual se mide según la tasa de alfabetización de adultos y la tasa bruta combinada de matriculación en educación primaria, secundaria y superior, así como los años de duración de la educación obligatoria.

-La riqueza, medida por el PIB per cápita en dólares internacionales.

El Índice de Gini.

Este índice mide el grado de la distribución de la renta o del consumo entre los individuos de un país. Por tanto, podemos decir que mide la igualdad o la desigualdad, o lo que es lo mismo, el grado de concentración de la renta en un país.
Su valor puede estar entre cero y uno, y cuanto más próximo a uno sea el índice de Gini, mayor será la concentración de la renta; cuanto más próximo a cero, más equitativa es la distribución de la renta en ese país. De entre los países que reparten sus rentas de una forma más equitativa destacan los Nórdicos, Japón, Alemania y Suiza. Contrastando esto con los Países Árabes, África Negra y América Latina, que sufren serios problemas de desigualdad.

En el caso de España, las cifras sobre la pobreza se extraen del Instituto Nacional de Estadística (INE), a través de los datos que publica en la Encuesta de condiciones de vida. En ésta el umbral de pobreza seleccionado (60% del valor de la mediana) depende de la distribución de los ingresos por unidad de consumo de las personas y proporciona la tasa de pobreza relativa.

En lo que respecta a la situación de la infancia, ésta es analizada a través del informe de UNICEF. En líneas generales este informe concluye que la situación de la infancia ha empeorado en la última década y, al contrario de lo que se puede pensar, la pobreza infantil no disminuye. El porcentaje de niños y niñas que viven en situación de pobreza “relativa”, es decir los ingresos de sus hogares están por debajo del 50% del promedio nacional, no mejora en los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Para finalizar, creo que sería necesario volver a destacar la importancia de la labor que lleva a cabo UNICEF,  ya que hoy en día parece que los problemas de nuestro país abarcan todas las esferas y existe una creciente tendencia a “difuminar” los problemas internacionales de países que se encuentran en situaciones de riesgo y desprotección. Y es que creemos ser muy defensores de los derechos de los niños, pero sin embargo olvidamos que ahí fuera existen muchos lugares en los que no se cumplen tales derechos (derecho a la no discriminación; el interés superior del niño; el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo y el derecho a la participación) y que constituyen tareas pendientes por cumplir. Además, y ya para concluir, creo que es muy importante que entre todos pongamos nuestro granito de arena y contribuyamos a paliar, en la medida de la posible, situaciones que no deberían de parecernos normales, ya que los niños no son culpables de haber nacido en un determinado lugar y no en otro y por ello tampoco debemos de hacerles sentir causantes de su situación, porque como diría Martin Luther King, “si ayudamos a una persona a tener esperanza, no habremos vivido en vano”.

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